lunes, 29 de agosto de 2016

Simbología en los 5 y 10 céntimos franquistas del jinete


La mayoría de monedas esconden ideología en sus símbolos. Los 5 y 10 céntimos de aluminio del "jinete" que acuñó Franco no son una excepción. Franco mandó acuñar en aluminio esta moneda de 5 céntimos en 1940, 1941, 1945 y 1953 durante la dura represión que siguió a la Guerra Civil. También hay una versión, algo más grande, para los diez céntimos que pueden tener las mismas fechas. 

¿Por qué aparece un jinete? Que nadie piense en San Jorge matando al dragón porque no es eso. Alude al pasado ibérico como una muestra de españolidad precoz. La moneda es, una vez más, un instrumento de propaganda.

La moneda que podéis ver sobre estas líneas es un denario ibérico de Bolscan (Huesca) del siglo I AC con el típico jinete que aparece en montones de denarios ibéricos de plata y ases de bronce de múltiples tribus. Cualquier aficionado a la numismática antigua no tarda en tener alguno porque son, francamente, frecuentes. Los íberos estaban divididos en multitud de tribus autónomas que no actuaban conjuntamente como lo que hoy entenderíamos como un país o nación. Su política de alianzas se aprecia claramente distinta según la tribu en las Guerras Púnicas, por ejemplo. Lo interesante es aquí el uso que el franquismo quería hacer de este legado histórico y reinterpretarlo bajo su óptica nacionalista española. 

Si seguimos examinando la moneda de 5 céntimos de Franco, veremos otros símbolos que aluden al pasado como capítulos previos de la historia de España. Podéis ver el escudo cuarteado donde aparecen Castilla y León así como Cataluña y Navarra. Granada aparece en la parte más baja del escudo mostrando el fruto, como no, de la granada. Hoy en día todavía aparecen estos escudos, en versión monárquica borbónica, pero la idea es la misma: mostrar España como un país formado de varios territorios previos que fueron cimentándose.



El escudo es casi el mismo en este real de los Reyes Católicos de fines del siglo XV, acuñado en Sevilla. Es destacable la presencia tanto en el real de los Reyes Católicos como en los 5 céntimos de Franco de otro elemento típico: el yugo y las flechas. Son símbolos de los esponsales de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón que, en la práctica, supusieron unir dinásticamente el Reino de Castilla y León con la Corona de Aragón, en la que estaban Cataluña, Valencia, Mallorca, Aragón, Sicilia... El casamiento no fue más que una unión dinástica y todos estos territorios siguieron teniendo durante siglos sus propias instituciones y costumbres pero Franco pretende situar ahí el nacimiemto de España como nación. El nudo gordiano que rodea el yugo y las flechas refuerza este anhelo de unidad, incluso el lema UNA GRANDE Y LIBRE que podemos leer en la cinta que rodea al águila de San Juan, el evangelista, va en esa misma dirección. Por cierto, un águila que nos recuerda la importancia del nacionalcatolicismo en la España de Franco.

Flanqueando el escudo, encontramos las columnas de Hércules con la leyenda Plus Ultra. Es una alusión al estrecho de Gibraltar y todo el imperio que España forjó en el continente americano. Las columnas suelen aparecer en muchas monedas de la época como el real de a 8 de Carlos IV que se puede ver más abajo, acuñado en Lima (Perú) en 1800. El antiguo imperio colonial español estaba prácticamente liquidado pero todavía quedaban algunos territorios en África. Fijaos que en el real de a 8 de más abajo, como se trata de un Borbón, el escudo incluye el emblema de la familia: la flor de lis, típica de Francia.

   


En resumen, la simbología franquista recupera diversas imágenes de épocas anteriores con la intención de legitimar históricamente a España como un todo. No fue el primero ni el último en hacerlo pero siempre es interesante ver esa reutilización de símbolos previos con intenciones políticas. No lo olvidéis, los símbolos nunca son casuales.



1 centavo de 1943 en zinc y acero


En 1943 los Estados Unidos estaban involucrados en la 2ª Guerra Mundial y necesitaban el cobre para la industria de guerra. Excepcionalmente, fabricaron la moneda de 1 centavo en acero forrado de zinc. La moneda se fabricó en las cecas de Filadelfia, Denver y San Francisco. Pueden distinguirse por una D bajo la fecha en el caso de Denver y una S en San Francisco. Filadelfia lleva solamente la fecha, sin letra.

El centavo de acero, en cualquiera de sus tres variantes, tiene un precio completamente asequible y es posible adquirirlo por unos pocos euros. Ahora bien, resulta que como en el resto de fechas se utilizaba cobre para acuñar los centavos, cuando fabricaron los centavos de acero, se colaron unos pocos centavos de 1943 en cobre. 


Se calcula que puede haber solamente unos 40 pero apenas se han detectado una docena, alguno de los cuales ha llegado a cifras astronómicas de cientos de miles de dólares. Si alguna vez encontráis un centavo de 1943 de cobre puede que se trate de una falsificación. Por ejemplo, con una electrolisis podrían haberle dado un baño de cobre. La primera medida para detectarla es que si realmente es de cobre no será atraída por un imán. En cambio, las monedas "normales" de acero sí lo son. De hecho, esta propiedad magnética y el deterioro rápido de su baño en zinc fueron los responsables de un rápido retorno al cobre para los centavos de 1944. 

Por detalles menores como las cifras de la fecha también se pueden detectar falsificaciones de la escasísima versión en cobre. También el peso, 3'11 en ejemplares de cobre y solamente 2,7 gramos en los de acero. Otras variedades de gran valor son el centavo en acero de 1944, otra rareza, o el centavo de 1974 D en aluminio. 

En general, el consejo sería no pagar nunca una cifra exagerada sin el asesoramiento de profesionales y en el improbable caso que encontremos una a precio regalado pues vale la pena comprarla por una cifra irrisoria aunque luego comprobemos que es falsa o retocada. Como anécdota ya habrá valido la pena tenerla. 

A partir de 1982 los centavos han sido de zinc bañado en cobre así que su peso es menor que los antiguos. 

lunes, 22 de agosto de 2016

Fecha según la Hégira


Un error habitual en la numismática cuando tratamos con monedas que proceden de países musulmanes es que la fecha puede parecernos mucho más antigua de lo que en realidad es. Esto ocurre porque los países musulmanes habitualmente se rigen por un calendario distinto al occidental: la Hégira.


Hégira (en árabe: هِجْرَة [hiyra]) indica el traslado de Mahoma. Es la emigración de los musulmanes de La Meca a Medina, ocurrida en el año 622 de la era cristiana. Dicho evento marca en el mundo islámico el primer año. Los musulmanes toman desde el año 622 d. C. el primer día del año lunar en el que se produjo (16 de julio de 622) como referencia para su calendario. El término, por extensión, se aplica a cualquier fuga o emigración semejante. En el año 639 d. C., el califa Umar señaló el año de la Hégira como el primero de la era musulmana. En consecuencia, el 622 d. C. se convirtió en el 1 AH (anno hegirae, «año de la Hégira») en el calendario musulmán.

La palabra hiyra significa literalmente «migración», y no «huida», como por error se traduce algunas veces.

Dado que el calendario musulmán cuenta por años lunares de 354 días, 8h, 48m y 34 s, 33 años suyos equivalen a 32años solares y 6 días, 8h y 41m. Sin embargo, intercala también 11 años de 355 días en cada ciclo de 30 años.

La conversión de los años musulmanes a la era cristiana se realiza sumando 621, si el año de la hégira no pasa de 32. Si pasa de 32, se lo divide por 33, se resta el cociente al año dado y se le suma 622 al resultado.

Para la conversión inversa, cuando el año sea menor de 641, se restará 621; si está entre el 641 y 653 se restará 620, y si pasa de 653, se restará 621, dividiendo el resultado por 33 y añadiendo al cociente el dividendo obtendremos el año de la Hégira (o alguna vez el siguiente).

Por supuesto, existen numerosas páginas web donde podemos convertir la fecha de la Hégira sin tener que usar una calculadora. Por ejemplo, aquí.


Si hacéis la conversión con esta fecha de 1390 de la Hégira, veréis que corresponde en realidad a 1970 o 1971, dependiendo del mes, en nuestro calendario. 

Hasta aquí os he contado lo más sencillo, pero tened en cuenta que las cifras se representan con signos diferentes según la zona o la época.


Un jetón de Nuremberg

Nuremberg acuñó numerosos jetones (o fichas) que se utilizaban en ámbitos diversos como, por ejemplo, el juego. A efectos prácticos son paramonedas que circulan en un ámbito muy concreto. El jetón de más abajo está inspirado en modelos previos de París, ciudad abundante en jetones, y probablemente sea del siglo XVI, quizá del XVII. Parece hecho de latón.


En el anverso podemos leer PROSPERATUM·EST·OPUS IN·MANIBUS·EIUS que puede traducirse por LA OBRA PROSPERÓ EN SUS MANOS. Puede apreciarse una ciudad circundada por sus murallas, bajo la tutela de lo que parece ser Dios, flanqueado por dos ángeles. La cita parece ser una paráfrasis bíblica de Macabeos 2:47. Bajo la ciudad leemos NOREMBERG, es decir, Nuremberg.


En el reverso podemos leer IN·MORTEM·ALTERIUS·TUSPEM·TIBI·PONEREI·NOLI·GS que podemos traducir por EN LA MUERTE DE OTRO TU NO QUIERAS PONER ESPERANZA PARA TI. Para esta traducción, hemos supuesto que TUSPEM es en realidad TU SPEM y que PONEREI es una variación de PONERE. Las siglas GS podrían ser una abreviación de GRATIA SUA (por su gracia).